lunes, 3 de septiembre de 2007

El momento de las presentaciones

DON MENDO

Dicen que la belleza está en el ojo del que mira, y al mío lo atraen los rincones donde no hay muchas miradas. Los momentos que quizá pasan desapercibidos porque son sucios, grises, cotidianos, pero que componen una poética especial. La de los madrugones, las ojeras y el café pegajoso de las máquinas de la oficina.


La de esa rendija en la persiana del bar cerrado, que quizá esconde a unos camareros preparando el bar para que otros se emborrachen durante seis horas, para que otros se seduzcan, se besen, se toquen. O que quizá esconde los repugnantes restos despiadados de la felicidad y la embriaguez, barridos noctámbulamente por los mismos camareros que antes preparaban el escenario de la batalla.


Siempre me ha interesado esto. Rescatar historias de un puñado de vómitos, de vasos rotos, de charcos negros dibujados en el suelo. Quizá porque sé que si alguien contara mi historia alguna vez, y quisiera contarla bien, tendría que aguantar la náusea y bucear en toda la suciedad que me compone, para descubrir en mí alguna virtud.

SR. CHOW

La verdad es que no soy de los que pasan mucho por bares. Prefiero ver una película en el cine cuando hay algo bueno, por ejemplo. Lo comparo con el cine porque, como una copa suele costar unos 4 o 5 euros, pues para mí es como una entrada de cine. Claro, una entrada de cine con descuento de estudiante o carné joven, que gracias a mi juventud puedo seguir disfrutando de tales cosas. Incluso si vas a una buena tienda de discos o una librería con interesantes ofertas, te puedes llevar un disco o un libro por un precio alrededor de los 5 euros. Sin embargo, cuando uno quiere salir con los amigos y charlar amigablemente sobre cualquier cosa o mover un poco las caderas, ir de bar en bar (o pub en pub) es una muy buena costumbre. Sobre todo cuando te invitan a un delicioso Southern Confort (o, en su defecto, un Licor 43), acompañado de buena música y mujeres. Para redondear la noche, si encima una china linda en la barra te sirve el cubata, la experiencia cobra incluso un matiz poético-erótico.

Un bar te da la libertad de estar en contacto con el mundo de un modo único. Si los bares estuvieran cerrados, estarían privando al ser humano de ese ambiente agradable que tanta falta le hace para poder sobrevivir en este mundo rutinario e injusto (si encima eres soñador, las puñaladas te las clavas tú mismo). No es el alcohol, no es la noche ni la luna o el humo entre las luces… todo eso sirve para adornar y poner aún más en ambiente. Lo que hace especial esa excursión es el “salir con los amigos”. Ya lo dijeron los Celtas con su “nos vemos en los bares”. Por algo lo dirían.

Un bar cerrado sería en un objeto inanimado lo que significa ser un cantautor mudo. Si nos cerraran los bares, ¿a dónde podrían ir los temas de conversación, las carcajadas y las depresiones que allí se dan? Quizás, este experimento sea la alternativa que nos planteamos si en el futuro llegase ese día.

JAVIER GALL

Me gustaría ser un personaje anónimo. Como esos bares de persiana echada, sin nombre en la puerta, en los que la gente se reúne para beber, charlar, escuchar buena música, o todo o nada de eso. ¿Qué es lo que quiero cuando visito uno de esos lugares? Sólo logro reunir inexperiencias. Quizá por eso no me gusta la noche. Mi pasión es la música, y en ella me refugio.

5 comentarios:

Marion dijo...

Ayy que buenoooss!
Cada uno su estilo, segura que este blog va a tener mucho exito...
Suerte!

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Muy amable, Marion.

Gracias por tu saludo, ¡nos conformamos con tener unos poquitos lectores!

Anónimo dijo...

Que pedazos de youis estáis hechos.
Mediocres... ¬¬...
Menudos sosos sois Javier Gall y Sr. Chow, por favor que descripciones tan faltas de algo vuestro, sin nada que aporte algo de vuetra personalidad ni de vuestro yo.
Sin embargo me ha gustado la de Don Mendo ^^
Bueno pues eso, a ver como sigue esto, que la verdad mola ^^

Un bzzzzz!!!!

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Vaya Ima-san, y yo que pensaba que me había desnudado un poco... Bueno, veamos si lo próximo es más de tu gusto. Si hay que plagiar al colega Don Mendo pues se le plagia.

¡Estamos seguramente ante nuestra lectora más crítica! Me gusta.

¡Un saludo!

Isabel Galmir dijo...

No podeis poner la letra un poco más grande? es que con el fondo negro cuesta un poco leerla.
Ánimo y adelante.
bss